- Samuel Prieto Rodríguez
Blim vs. Netflix, estrategias de guerra

Se tardaron 22 días en reaccionar, pero marketing es marketing y publicidad es publicidad. Blim, el servicio de video bajo demanda de Televisa, le devuelve la burla a Netflix. Se llevaron Rebelde pero también El Señor de los Cielos.
Los productos de Televisa dejaron la plataforma de Netflix al inicio de octubre para convertirse en exclusivos de su OTT propio y el servicio de streaming más importante del mundo, con presencia en 190 países donde tiene más de 86 millones de suscriptores, había reaccionado con mofa.
Por cierto, El Señor de los Cielos ni siquiera es una producción de Televisa sino de Telemundo, en asociación primeramente con la colombiana Caracol y luego con la mexicana Argos. Blim la tiene ahora en exclusiva como parte de un convenio que la televisora se apresuró a negociar para hacerse de más contenidos que hagan más atractivo su servicio de video por internet.
Pero ¿qué tan bien le salió a Televisa la lisonja contra Netflix? De entrada, al parecer, bastante mal. Su video en YouTube figuró como número 1 entre los del momento con 459 mil 207 visualizaciones en menos de 24 horas, 805 likes, pero 22 mil 958 dislikes.

En redes sociales, los memes y burlas también aumentaron fuerte. Y entonces, las preguntas: ¿cómo es posible que una empresa del tamaño, poder y especialización de Televisa se exponga de esa manera? Es más, ¿sólo 7 días después de haber estrenado un nuevo director de marketing que, se supone, llegaría a refrescar y/o reorientar la estrategia? ¿Es en realidad un error?
“Tienes que entender a tu público”, es la primera reacción de Iliana Guerrero, Directora General de Kanji Interpretación, empresa especializada que utiliza la semiología, la prognosis, la epistemología, la hermenéutica y otras herramientas igual de prácticas y complejas para estudiar eso que todos llamamos realidad.
“Tal vez, esa respuesta de Blim habría funcionado en televisión, que es donde está su típico consumidor cautivo, pero no en redes donde hay un público más diverso que también investiga, compara y es muy crítico”, dice la especialista, quien además cuestiona la forma de la respuesta: “te fusilas su publicidad, le incluyes una grosería forzada y ya”.

Su reflexión pasa por el análisis de que ese video termina siendo lo contrario de disruptivo, que es lo más eficaz en la web, porque en realidad lo que hace es subirse al juego de quien lo inició y además de una manera desatinada. Un ejemplo de discusión mucho más sano y acertado porque permite incluso mayor interacción con las audiencias, es lo que hicieron ese mismo día las aerolíneas Volaris e Interjet.

Pero de regreso a Blim, cabe decir que por un lado es sujeto del sarcasmo de las redes desde su nacimiento en febrero pasado, pero por otro su oferta está bien diferenciada y dirigida. Mientras Netflix incluye producciones propias de impacto mundial, su competidor en México tiene telenovelas y otras obras con arraigo local y regional cuya manufactura, además, es sujeto de una estrategia de reinvención y renovación.
¿Qué tanto resulta? Eso tampoco es posible saberlo con objetividad porque aún no hay números públicos sobre el número de suscriptores de Blim y su evolución. Lo más que sabemos es que siguen siendo los productos más vistos en la TV.