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  • Samuel Prieto Rodríguez

El efecto Trump en las finanzas de los medios


“A veces, la retórica es muy distinta de la forma real de gobernar”, dice Alejandro Ramírez, el director que llevó a partir de 2006 a la entonces decadente empresa familiar Organización Ramírez a convertirse en Cinépolis, el mayor consorcio exhibidor de películas en el país, con presencia en todo el continente, incluyendo Estados Unidos y otros territorios lejanos como la India.

El problema es que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos es una gran incógnita. El empresario metido a político ha empezado a matizar su discurso y a intentar que las aguas se calmen, pero nadie olvida su postura sobre los tratados comerciales, el proteccionismo y la migración entre otros temas sensibles. Por ahora, la mayoría de los ejecutivos siguen haciendo negocios con la normalidad habitual, adoptando un enfoque de “vamos a ver qué pasa”.

“Cuando tienes que enfrentar la realidad de gobernar debes observar los hechos de manera más detallada, para ver si tus propuestas tienen sentido”, agrega el director de Cinépolis, además presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, cuya empresa compra productos estadounidenses por unos 40 millones de dólares al año. Lo mismo sofisticados equipos para el crecimiento de sus salas IMAX o 4DX, que palomitas y queso para los nachos. Si el Tratado de Libre Comercio se termina, esas compras se podrían hacer en otros países, afirma.

Simple, al parecer, pero “es preocupante y aterrador saber que el tipo ruidoso con un palo en la mano, el que dice que te atrapará y te golpeará, ahora en realidad tenga el poder de hacerlo”, expresa preocupada la abogada mexicana Leticia Vega.

¿Cómo se ven las expectativas para los grandes medios mexicanos? La calificadora Fitch Ratings no las ve muy alentadoras. En su semáforo de nivel de riesgo, el color rojo significa “impacto potencial negativo en la estructura de capital” y en esa categoría clasifica a Televisa, TV Azteca y a empresas de telecomunicaciones como América Móvil y Axtel.

Exploremos uno de esos casos. ¿Por qué Trump es un riesgo para Televisa? El año pasado, el 86 por ciento de sus ingresos fueron en pesos, pero el 65 por ciento de su deuda era en dólares. Con la depreciación que ha tenido la moneda mexicana en lo que va de este 2016, ese es un problema fuerte. El tipo de cambio inició el año a 17.35 y ha llegado a estar por arriba de los 21. La mayor productora de contenidos en español del planeta ya ha sentido la caída del peso este año. En el tercer trimestre registró una pérdida de 653 millones de pesos como resultado de la depreciación de la moneda, en comparación con la pérdida de 417 millones de ese mismo periodo un año antes.

Televisa dice que sus activos en dólares compensan en parte sus pasivos en esa moneda y que tiene coberturas para la mayor parte del riesgo cambiario en su deuda, pero su margen de maniobra no es amplio. El año pasado reportó 943 millones en ingresos en dólares por 859 millones en costos y gastos.

Si ese panorama no es suficientemente complejo, la empresa se prepara para una caída en el gasto de los anunciantes este año, comentó su propio director financiero, Salvi Folch, en la conferencia Morgan Stanley TMT en Barcelona. De hecho, la televisora podría tener que cambiar su modelo de contrato tradicional.

"Por lo general, vendemos la publicidad por adelantado y no hay forma de revertir o cancelar los compromisos que los clientes asumen”, dijo. Ahora, la mayoría de las empresas mexicanas están revisando sus presupuestos y "comprometerse sin que haya flexibilidad puede ser un desafío" para los clientes.

La incertidumbre significa que hay menos visibilidad para el próximo año y Televisa ya ha escuchado de las agencias de publicidad decir que los clientes pueden reducir el ritmo de las negociaciones para el resto de 2016, agregó Folch. "Somos muy optimistas sobre la economía mexicana, pero esto tendrá un impacto. Está impactando a nuestros clientes, está afectando nuestras decisiones".

Las acciones de Televisa en Estados Unidos han caído 11 por ciento desde el día de la elección y sus bonos se han desplomado. Los inversionistas temen que le resulte más costoso expandirse en Estados Unidos tras la sorpresiva victoria de Trump.

Cabe decir que esa empresa posee una participación en Univisión, mediante la que vende sus programas en Estados Unidos. En julio, la televisora hispana con base en Miami, Florida, presentó a la Comisión Federal de Comunicaciones una petición para permitir a Televisa expandir su propiedad hasta un 40 por ciento cuando lance su oferta pública inicial de acciones. La autorización es necesaria porque, sin ella, la regulación permite únicamente el 25 por ciento. En un principio la FCC dice que no parece haber problema, pero la revisión podría complicase.

Gabriel Sosa Plata, especialista en medios, explica que el regulador de aquel país tiene que revisar que el incremento de la participación no afecte los intereses de empresarios locales. Además, si alguna empresa se opone “y se argumentan razones, por ejemplo, que el periodismo que se lleva a cabo en México por Televisa puede tener una afectación al derecho a la información de los estadounidenses, puede ser un factor que limite esa posibilidad".

Política es política. Se esperaba que la FCC se pronunciara hacia finales de septiembre u octubre. No sucedió y cabe decir que Univisión tuvo una participación abiertamente activa en contra de Donald Trump durante la campaña presidencial. ¿Será una oportunidad para Televisa? ¿O todo lo contrario?

Así de enrarecido está el ambiente en la política y los negocios con el vecino del norte. Desde el libre comercio, pasando por la volatilidad del peso frente al dólar, hasta los asuntos regulatorios, la fiesta apenas comienza.

#Audiovisual #Televisión #Finanzas

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