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  • Samuel Prieto Rodríguez

Las series de TV y de los servicios en línea, una burbuja en camino a la explosión


Este fue el primero en muchos años, en que la televisión de Estados Unidos transmitió menos series que en periodos anteriores. Sin embargo, la producción de ese tipo de obras audiovisuales alcanzó un récord impresionante. Pero entonces, ¿quién las difunde? Los servicios de video en streaming bajo demanda que financian cada vez más para su catálogo de exclusivas.

El estudio que documenta este sintomático hecho es Peak TV, el habitual que hace FX Networks Research anualmente. En 2016 se produjeron 455 series originales. Los servicios online duplicaron en sólo este año las que agregaron a su oferta, mientras que toda la televisión: la abierta, el cable premium y el cable básico, disminuyeron las suyas.

Para efectos de precisión, cabe decir que se trata específicamente de series, es decir, no incluye dramas de un episodio, programas especiales, contenidos cortos de 15 minutos o menos, tampoco enlatados ni producciones hechas en idiomas distintos al inglés.

Revisemos más atrás para dimensionar. Si bien es cierto que la televisión produjo menos que el año anterior, también lo es que pasa por un boom de contenidos que no ha llegado a su nivel más alto. En el caso de los OTTs, la burbuja está creciendo ahora con mucha mayor velocidad. El récord de 455 series representa “un aumento del 8 por ciento con respecto al año pasado (421), pero también un sorprendente 71 por ciento por encima de hace 5 años (266 en 2011) y 137 por ciento sobre hace 10 años (192 en 2006)", explica Julie Piepenkotter, vicepresidente de investigación de FX Networks.

Las 93 series originales para los servicios de streaming de este 2016 representan un crecimiento de 100 por ciento con respecto al 2015 y también el 1,450 por ciento con respecto al 2011.

“Predije erróneamente que esta situación llegaría al pico en 2015 o 2016”, reconoce John Landgraf, presidente de FX, considerando que 450 son muchas series, pero la tendencia indica que en 2017 bien podrían producirse cerca de 500 y ese impulso inercial llegaría incluso hasta el 2018.

La competencia aumenta la calidad, ofrece opciones reales y diversas al consumidor y mejora los precios. El problema con este crecimiento inusitado y acelerado es que pulveriza al negocio audiovisual lo que, de no encontrar un equilibrio, va a ocasionar que la industria se canibalice.

Por ahora, la exigencia de estándares altos de calidad en producción y contenido es una manera excelente de mantener un buen nivel, pero si la oferta continúa creciendo a este ritmo, va a terminar rebasando muy rápido a la demanda. Todos sabemos lo que eso ocasionaría: recortes draconianos de presupuestos, salarios excesivamente bajos y una guerra con muchas y dolorosas bajas. Las productoras de contenidos pasarían por crisis tan fuertes como la que enfrentan las televisoras desde hace algún tiempo.

#Audiovisual #Internet #Televisión #Finanzas

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