- Samuel Prieto Rodríguez
Televisa y Univision, nueva sinergia para salir de sus crisis

El movimiento surtió efecto inmediato. Pasaron muy pocos días desde que la Federal Communications Commission autorizó que Televisa compre el 40 por ciento de acciones con derecho a voto de Univision hasta que ambas empresas anunciaron el fortalecimiento de sus vínculos para la producción y distribución de contenidos.
La integración es tal que Isaac Lee, el jefe de noticias, entretenimiento y digital de Univision, es ahora el director general de contenidos de esa empresa y también de Televisa.
Lo dijimos en un análisis reciente de este blog: la autorización de la FCC da oxígeno a Univision porque le permite listarse como empresa pública en la bolsa de valores con una mayor capacidad de maniobra para atraer inversionistas y a Televisa, que le provee la mayoría de sus contenidos, para expandir sus operaciones en el exterior, en dólares, en un momento en que el peso está sufriendo embates continuos y su negocio de televisión abierta en México atraviesa por una crisis severa.
Televisa y Univision cerraron el 2016 como uno de los años más difíciles de sus historias recientes. Veamos el comunicado sobre su integración que arroja muchas pistas clave sobre la estrategia que seguirán y después analicemos un poco la situación de ambas.

El 2016 fue un año muy oscuro para Televisa. Vio la cancelación de contratos muy lucrativos, tuvo que cancelar programas emblemáticos y eliminar una cantidad enorme de puestos de trabajo, además de que los ejecutivos enfrentaron acusaciones de corrupción legalmente no comprobadas.
Un repaso muy rápido: el escándalo más fuerte tuvo que ver con un comunicado anónimo que llegó a la Securities and Exchange Commission en mayo, que acusaba a ejecutivos de la empresa de promover propaganda política y luego embolsarse millones de dólares de los gobiernos federal y estatales. Los ánimos se calmaron hasta que Televisa dijo que una investigación externa concluyó que las acusaciones eran falsas. Otro escándalo se dio cerca del final del año, cuando las investigaciones de corrupción en la FIFA incluyeron a una de sus empresas filiales.
También hubo disputas comerciales fuertes. En septiembre, Megacable Holdings anunció el retiro de los canales de TV de paga de Televisa debido a una disputa contractual. En contraposición, la plataforma de video en streaming bajo demanda Blim ganó una tajada importante en ese segmento del mercado en México por lo que retiró muchos de sus contenidos de Netflix para ofrecerlos como exclusivos.

Los fracasos de Televisa en TV abierta se dieron en cascada. El 22 de agosto, su canal más importante dejó de llamarse canal para ser Las Estrellas. Los noticieros cambiaron de rostro y de escenografía pero perdieron tanta audiencia que no han logrado recuperar toda la que les ha ido ganando su competidora TV Azteca. También estrenaron un late night show que sólo pudo sostenerse al aire por 12 emisiones y una serie que terminaron recortando de una a media hora por capítulo para terminar pasándola al canal 5. Y así una cadena de desatinos. “Esto es prueba y error”, justificaba el entonces responsable de los contenidos, José Bastón.
“Nuestra mayor preocupación para 2017 es la economía. Dependemos del entorno macroeconómico”, dijo el portavoz de la empresa, Mario San Martín, de acuerdo con un reporte de Bloomberg. “Tenemos algunos desafíos operativos como mejorar algunos de nuestros ratings, pero nuestra principal preocupación es el tipo de cambio y el impacto que podría tener una economía más lenta en el nivel de ingreso disponible”.
Es por eso que la sinergia con Univision es oxígeno puro. Esa compañía atraviesa también por problemas severos. Sus espectadores más jóvenes buscan contenido más fresco y están volteando a ver lo que hace el rival Telemundo, que está produciendo programas sobre el tráfico de drogas y otros temas que están obteniendo resultados exitosos en la audiencia hispana-estadounidense, dice David Joyce, analista de Evercore.

Un problema aliviado recientemente es que Univision tuvo enfrentamientos fuertes con Donald Trump durante todo el periodo político desde que anunció que competiría por la nominación republicana hasta que ganó la elección presidencial. Sus noticieros también perdieron audiencia aun cuando criticaban abiertamente el discurso antiinmigrante del candidato por el que, sorpresivamente, votó una cantidad inesperada de hispanos.
Ahora Televisa y Univision están en sintonía para cambiar la página. Sus audiencias combinadas tienen un potencial de 175 millones de televidentes ávidos de contenidos nuevos y distintos.