- Samuel Prieto Rodríguez
Licitación en Jaque. Tecnoradio terminó por no pagar y Radio Centro la volvió a hacer

Ya se esperaba. Si Tecnoradio pagaba los 287.58 millones de pesos por las 37 sintonías que ganó en la licitación del Instituto Federal de Telecomunicaciones, lo más seguro es que iba a terminar descalificada de cualquier manera por haber intentado pasar fraudulentamente como un nuevo participante en la industria. Así que, por supuesto, no pagó. El plazo venció el lunes 22 de mayo.
Mientras, Grupo Radio Centro la hizo de nuevo. Había ganado 5 frecuencias mediante su filial Promotora de Éxitos S.A de C.V., pero al final únicamente pagó 2. Con 111 millones 42 mil pesos, se quedó con una en Cancún y otra en San Francisco de Campeche, pero no depositó otros 139 millones 187 mil que había comprometido por otras 2 en Acapulco y una en Chetumal. Incumplimiento que ya se ve como burla, considerando que en 2015 también desistió de desembolsar 3 mil 58 millones que había ofrecido por una cadena nacional de televisión abierta.
Esta vez, su justificación de acuerdo con el comunicado que envió a la Bolsa Mexicana de Valores es que no pagó esas 3 contraprestaciones “en virtud de que no existe resolución por parte del IFT sobre la situación de las empresas participantes en dichas subastas, dejando en estado de inseguridad jurídica a GRC ya que, en su caso, la resolución del IFT debe modificar los valores y las propuestas en las subastas en que existen cuestionamientos sobre las empresas participantes”.

De hecho, hay más ganadores que terminaron no entrándole. El comunicado del IFT dice que de las 178 posibles, únicamente recibió el pago por 122 frecuencias. En dinero, la recaudación fue de 783.6 millones de pesos, lo que es una buena cantidad, pero considerando que esperaba recibir 1,578.9 millones, no llegaron 795.3 millones de quienes ofrecieron y luego no pagaron. Es como poner agua a la mitad de un vaso y preguntar si está medio lleno o medio vacío.
Claro, a la cantidad recaudada todavía hay que agregarle el cobro de las garantías de seriedad de quienes se echaron para atrás, pero en esa dimensión el monto ya no será siquiera significativo. Otro premio de consolación es que de las 56 sintonías que quedaron sin pago, en 25 casos otros participantes presentaron posturas válidas como para adjudicárselas, claro, si alguno de ellos no complica más las cosas buscando legalmente la nulidad de la licitación.
De hecho, el presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado de la República, Zoé Robledo, pidió cancelarla y convocar a los titulares del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a comparecer para que expliquen el diseño del proceso. ¿Hay que exigir más garantías a los participantes de licitaciones futuras, poner más sanciones o más filtros y supervisión? La autoridad queda muy mal con los fiascos.

Exploremos más suspicacias. ¿Grupo Radio Centro tiene problemas? No lo ha dicho, al menos públicamente, pero de buenas a primeras y prácticamente sin aviso previo, el 14 de mayo sacó del aire 3 frecuencias en el Valle de México: 790 khz, 1030 khz y 1150 khz, todas de amplitud modulada.
Hecho eso, fusionó a Radio Centro, su formato más clásico y el que le da nombre a todo el grupo, con El Fonógrafo en 690 khz. Formato 21 tuvo la misma suerte con Radio Red AM en 1110 khz. Así, en vez de 11 ahora opera 8 estaciones en la capital mexicana.

En otras ocasiones también ha hecho cambios drásticos. Por ejemplo, Universal Stereo ha estado en el 107.3 de FM, luego en el 92.1 y ahora en el 88.1. Pero lo que sí salta mucho a la vista es que saque frecuencias del aire.
En términos financieros, 12 días antes colocó una emisión de 1,151 millones de pesos en certificados bursátiles, es decir, deuda de largo plazo. El 14 de diciembre de 2016 hizo otra colocación por 1,800 millones. Por supuesto, esos movimientos no muestran necesariamente problemas de liquidez sino tal vez una simple reestructuración de su deuda.
Sin embargo, durante el primer trimestre de 2017 contrató un crédito de 74.5 millones de pesos con el Banco del Bajío para pagar el refrendo de la concesión de varias de sus estaciones en la Ciudad de México que vencieron en julio de 2016. Ese préstamo es adicional a otro adquirido en 2015 que terminó utilizando para completar los 415 millones que debió entregar al IFT por abandonar la cadena de televisión abierta que había licitado. Si eso es poco, los reportes financieros recientes de la compañía muestran resultados débiles y perspectivas poco prometedoras.
Con todo eso, su presidente, Francisco Aguirre Gómez, sigue jugando a las subastas de radio y televisión, incluso con apuestas desproporcionadas para la capacidad financiera con que cuenta.

En el caso de Tecnoradio los problemas son distintos. Antes de que terminaran descartándola, se autodescartó. Pero aún falta ver hasta dónde llega el asunto. No sólo es la distorsión que ocasionó la empresa de Alí Eduardo Bañuelos con las ofertas disparatadas que hizo, sino los delitos en los que incurrió presuntamente como falsedad de declaraciones ante una autoridad distinta a la judicial o fraude en grado de tentativa, por ejemplo.
Autoridades muy ingenuas o participantes muy vivos. Fiascos que debilitan todo.