- Samuel Prieto Rodríguez
México, EU... La que manda es la televisión

El análisis más simplista que hacen muchos es que los mexicanos todavía vemos mucha televisión abierta porque internet aún no está tan generalizado como quisiéramos y su velocidad es pésima, situación que ya está cambiando. También se dice que los millennials y centennials no miran TV, así que este negocio está viviendo sus últimos suspiros. ¿En serio?
Veamos qué sucede en Estados Unidos donde la banda es bastante más ancha y las generaciones jóvenes dominan. El estudio es The Nielsen Total Audience del primer trimestre de este año. Vamos por partes. Primero, la composición poblacional.

Los centennials o generación Z son los más numerosos y representan el 26 por ciento de los habitantes en los telehogares estadounidenses. Combinados con los millennials, son casi la mitad de la población. Es interesante ver cómo las generaciones más jóvenes son cada vez más diversas, por ejemplo, el número de hispanos ha ido creciendo bastante.
Pero enfoquémonos. En una radiografía global, sean jóvenes o viejos, blancos o negros, en los hogares estadounidenses estas son las cantidades en horas que los mayores de 18 años dedican diariamente en promedio a cada tipo de medio.

El tiempo que ocupan para ver televisión es, con mucho, mayor al de cualquier otro medio de información y entretenimiento. Es cierto que el uso de otros dispositivos está creciendo rápidamente pero algo importante a notar es que no están precisamente sustituyendo a la TV sino, si acaso, complementándola.
Las gráficas de arriba muestran que los servicios de reproducción digital de video que desplazan a la televisión lo hacen de forma muy mínima en los telehogares de Estados Unidos, aun cuando allá ese mercado tiene un desarrollo muy amplio, mucha más gente puede pagarlo y la banda ancha permite disfrutarlo sin fallas ni interrupciones. Dicho eso, veamos el consumo diario promedio por generaciones con todas las formas de TV actuales integradas en comparación con otros dispositivos.

Queda claro, en Estados Unidos la televisión sigue siendo el medio de mayor alcance, penetración e influencia, muy por encima de cualquier otro, y pasarán bastantes años antes de que deje de ser así.
En México, ¿cómo andamos? El Instituto Federal de Telecomunicaciones publicó hace pocos días su Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales, levantada entre el 14 de octubre y el 24 de noviembre de 2016, lo que es importante porque para esos momentos ya estaba superado el apagón analógico.

La televisión es el aparato que más abunda en los hogares. De todos ellos, casi la mitad sólo tiene acceso a los canales de la TV abierta.

La mayor parte de quienes no tienen algún servicio de paga dicen que es así por el costo. Esa también es la razón principal de que la mayoría de la población tampoco tenga un plan de datos para su teléfono móvil ni se suscriba a servicios de streaming de video bajo demanda.
Y ya que andamos en el tema de la televisión, en la abierta estos son los canales más vistos:

Y estos son los canales con más audiencia en la TV de paga:

Básicamente los mismos, ¿no? ¿Y qué con los chavos? Según la encuesta del IFT, así anda el asunto:

Eso de que los más jóvenes no ven televisión es un completo y absoluto mito, incluso entre quienes tienen algún sistema de paga, que generalmente va acompañado de internet:

Números que desmienten mitos. La televisión abierta es mucho más vista de lo que la gente suele decir porque no es cool admitirlo. Una persona no ve sólo TV o sólo OTTs sino sus contenidos favoritos donde estén. Incluso en la televisión de paga, los canales más vistos son los disponibles también sin contratar ese servicio.
La televisión abierta es tan viable que en México todavía están licitando canales. Bueno, aunque con menos expectativas considerando que al inicio del proceso el Instituto Federal de Telecomunicaciones dijo que había 86 interesados en participar pero sólo 16 cumplieron con los requisitos de la primera etapa.
Si hay mercado para más televisoras, si las más nuevas están haciendo o no más de lo mismo, si esta licitación llega tarde o a tiempo, ya son temas aparte que también hay que discutir.