- Samuel Prieto Rodríguez
El lado difícil de los servicios de video en internet

Las dos preguntas actuales que se hacen quienes observan el desempeño de los servicios de video por suscripción en internet son: ¿qué cuernos le pasa a HBO GO con sus fallas y tropiezos desde el estreno de GOT7? Y ¿Si Netflix es tan exitoso, porqué tiene una deuda de muchos miles de millones de dólares?
HBO es el rey de los canales de contenido premium en TV de paga. La fiebre actual por las series empezó ahí con producciones memorables como The Sopranos en 1999 o Six Feet Under en 2001. Game of Thrones es el hit actual de esa casa, pero lo que sí ha demostrado su servicio de video on demand HBO GO es que el viejo dicho de “zapatero a tus zapatos” sigue teniendo su buena dosis de vigencia.
Guardadas las proporciones, esa es una de las razones por las que TV Azteca tiene una salud financiera razonable mientras que Televisa no logra salir del atolladero. TV Azteca entendió hace buen rato que lo suyo es generar contenidos y coproducirlos o venderlos a empresas que, como Televisa, buscan operar en todos los segmentos de la distribución: aire, cable, satélite, internet y los que se acumulen.
En este negocio el contenido es el rey y la distribución es la reina. Es por eso que muchos conglomerados en esta industria buscan dominar ambos, no siempre con éxito. Además que de los apasionados seguidores de Game of Thrones han estado muy frustrados en las primeras semanas de la temporada 7 porque el servicio online por suscripción nada más no se da abasto, al parecer los sistemas de HBO están sufriendo estragos aún mayores.

El presidente y director ejecutivo de la compañía, Richard Plepler, confirmó que “HBO sufrió un ciberataque que ocasionó que mucha información de su propiedad esté comprometida”. El robo es de 1.5 terabytes, es decir, muchísimo contenido, entre el que está tanto el guion como el video del episodio 4 de la temporada 7 de Game of Thrones que en la semana previa al estreno ya podía verse en sitios piratas hasta que, en la mayoría de los casos como una especie de karma, la sobredemanda de acceso los colapsó.

Por supuesto, los hackers afirman que tienen más material y amagan con hacerlo público. Lo obvio es que, de ser cierto, se trate de una extorsión para que HBO les pague un muy jugoso rescate. Este problema no es nuevo. Aquí mismo, en El Despacho del Productor, hablamos en mayo pasado del hackeo que sufrió Disney de sus 2 apuestas cinematográficas para el verano y Netflix de la temporada 5 de Orange is the New Black.

Y ya que pasamos por Netflix, ¿cómo está eso de que debe hasta la camisa? Una nota reciente de Los Angeles Times afirma que sus compromisos financieros andan por ahí de los 20 mil millones de dólares, lo que sí es cierto y no.
En su reporte financiero del segundo trimestre de 2017, el servicio de video más popular del planeta reportaba cifras muy alentadoras: 104 millones de suscriptores, un poco más de la mitad de ellos fuera de Estados Unidos y sus más de 50 series originales consiguieron 91 nominaciones a los premios Emmy.
Otros datos que sabemos son que las series y películas originales de Netflix son más de un tercio de todas las descargas de internet en horas de máxima audiencia en Estados Unidos. Esa empresa es básicamente una máquina de hacer dinero.
La explicación que da sobre la deuda es esta: "La nota de Los Angeles Times calcula nuestra deuda de forma errónea al contabilizar nuestras obligaciones de difusión (por ejemplo, los contratos de contenido con los estudios) como 15,700 millones de dólares de deuda pero no es así. La cifra correcta es una deuda total de 4,800 millones (nuestro valor de mercado es de 75,000 millones). Los 15,700 millones son gastos por contenido futuro que aparecen en el estado de cuentas. Cada cadena de cable y plataforma de difusión con acuerdos de derechos de distribución utiliza la misma estructura. Como punto de referencia, Disney/ESPN tiene 49,000 millones de dólares en compromisos similares por contratos deportivos".

No está mintiendo. Por eso decimos que eso de los 20 mil millones sí es cierto y no. Sus producciones originales lo son porque las tiene en su sistema en exclusiva, pero no las genera Netflix directamente. Por ejemplo, House of Cards es en realidad del estudio independiente de cine y televisión Media Rights Capital, mientras que Orange is the New Black es de Lionsgate.
"La ironía es que cuanto más rápido crezcamos y cuanto más rápido aumentemos la producción original, estaremos más atados al flujo de efectivo disponible", comenta el CEO, Reed Hastings. Como resultado, reconoce que prevé "tener un flujo de efectivo negativo durante varios años", eso significa que la deuda seguirá creciendo al menos en el corto plazo aunque no pone nerviosos a los mercados financieros donde el precio de las acciones ha ido al alza.
Claro, siempre hay detractores. Mike Vorhaus, presidente de Magid Advisors, una consultora de medios, le dijo a Los Angeles Times: “Creo que necesitarán algo de suerte para no ahogarse en la deuda en caso de que se reduzca el ritmo de crecimiento”, lo cual suena un poco a mala vibra pero no es del todo falso. “Nadie es nunca el jugador dominante para siempre”, agrega.
Evolución, tropiezos, ensayo y error. En esta industria no hay nada escrito.