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  • Samuel Prieto Rodríguez

El caos de la televisión del futuro


¿Es cierto que sale mejor cancelar la cuenta de TV de paga y apostar únicamente por los servicios de video por suscripción en línea? El recién terminado periodo vacacional de verano fue un buen espacio que nos sirvió para el experimento.

Ya hemos documentado que, al menos en México, la gran mayoría de quienes pagan cable o satélite continúan viendo principalmente los canales de televisión abierta mediante esos sistemas, pero ¿qué tal cuando se trata de otros contenidos?

Partamos de un inicio simple. De repente, un buen fin de semana uno despierta con la idea de pasar un rato con botanas en el sillón viendo alguna de sus series favoritas. Lo primero es ¿en cuál OTT está? ¿Netflix, HBO, Amazon, Fox, Claro Video, Blim o alguna otra? No es como cambiar de canal con el control remoto, sino bastante más laborioso entre dar click en la app correcta y buscar en el menú, que generalmente es extenso y requiere varios pasos.

La suscripción es de los problemas más o menos fáciles de resolver porque la mayoría de esos servicios ofrecen el primer mes sin costo y después no hay una obligación de permanencia más allá del pago mensual, así que hay quienes se suscriben un mes a uno y un mes a otro para abarcar todo el espectro, lo que ya presenta la primera limitación odiosa.

Ya que recordamos o investigamos en cuál está la serie, los problemas no han terminado. El que ha dado más de que hablar recientemente es el fiasco de HBO que nomás no se ha dado abasto desde que inició la temporada 7 de Game of Thrones.

Pero hay más. Digamos que nos dio por ver una de las series más populares y divertidas de la televisión reciente: The Big Bang Theory. Buscándole, aparece en Claro Video que cuesta 69 pesos por mes e incluso el acceso es gratuito para quienes tienen contratado su servicio de internet fijo con Infinitum o el móvil con Telcel, pero resulta que está muy lejos de ser así de fácil y barato.

Claro Video sólo tiene las temporadas 8 y 9 de las 10 que ya hay completas, pero además para ver cada episodio hay que comprarlo por 39 pesos, es decir que por una temporada de 22 capítulos hay que desenfundar la cantidad módica de 858 pesos. Por supuesto, puede ser con cargo a su recibo Telmex o Telcel para que no haya tanta complicación más allá del hecho de que ver una temporada de una serie puede salir bastante más caro que una mensualidad de televisión de paga con muchos canales y producciones, entre ellas The Big Bang Theory.

La pulverización de los contenidos se va a dar cada vez más en el universo de los servicios de video por internet. En la entrada anterior de El Despacho del Productor contábamos que los estudios de Hollywood están explorando la distribución de sus películas mediante esos sistemas al mismo tiempo que en las salas de proyección y Disney tiene contemplado el lanzamiento de su propio OTT en 2019.

En este último caso, en Estados Unidos ya hay hasta una petición con bastantes firmas en Care2 dirigida al emporio de Mickey Mouse y los cuentos de hadas para que no saque su catálogo de Netflix. “La decisión podría tener sentido comercial para Disney, que está ansiosa por obtener un pedazo del pastel de streaming, pero las personas que alimentan a estas empresas también deben tenerse en cuenta”, es parte del argumento de quienes no pueden pagar por demasiados sistemas de alquiler de video bajo demanda para tener acceso a sus producciones favoritas.

Si eso es poco, Facebook ya tiene Watch en sus mercados principales de habla inglesa y está en la carrera para extenderlo a otros países. Este no es de paga, sólo aumenta el agobio de tener que convivir con tanta pulverización.

Snapchat, Twitter y YouTube también están apresurándose a colocar en línea sus estrategias de video que van desde contenidos exclusivos hasta la transmisión en vivo de espectáculos y eventos deportivos.

En cuanto a obras audiovisuales de ficción, todos están apostando a ofrecer programas y series originales, pero así de fragmentada como se va a ver la competencia a este paso ¿se puede vivir sólo de eso? Aquí un parámetro. HighSpeedInternet.com hizo recientemente un estudio sobre los contenidos favoritos de Netflix en el mundo utilizando información de Google Trends.

A pesar de los 6 mil millones de dólares que el servicio de streaming está gastando nada más este año en producciones exclusivas, las series más populares de su catálogo en el mundo son:

- Sherlock, de BBC

- Friends, de Time Warner transmitida originalmente por NBC

- Narcos, original de Netflix

- House of Cards, original de Netflix

- New Girl, de Fox

¿Y en México? Lo más visto de Netflix, según el estudio, es la telenovela Las Aparicio, producida en 2010 por Argos Comunicación y transmitida originalmente por la ya extinta Cadenatres.

Lo que esto nos dice es que, como ya lo hemos apuntado antes, los contenidos importados de la televisión siguen siendo parte fundamental de la oferta y que la producción audiovisual es un negocio de convergencia, no de sustitución. El punto es que los servicios por internet no están haciendo más fácil la vida de los consumidores sino todo lo contrario, además de exprimir más su bolsillo en la búsqueda de sus programas favoritos.

Los cambios y sacudidas aun no terminan y seguirán por bastante tiempo antes de que la televisión del futuro tome su forma real, si es que en algún momento termina de hacerlo.

#Audiovisual #Internet

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