- Samuel Prieto Rodríguez
Carne y Arena (virtualmente presente, físicamente invisible)

Es una experiencia mucho más sensorial que sentarse en una butaca en una sala de proyección, por mucho que esté equipada con 4D. Salvo por el hecho de que no puede tocarlos o hablar con ellos, el espectador está viviendo la experiencia prácticamente igual que los protagonistas.
Mediante realidad virtual y los efectos físicos y electrónicos necesarios, durante seis minutos y medio uno se convierte en un migrante indocumentado con varios de los horrores que eso implica. “Carne y Arena es un híbrido de exhibición artística, reconstrucción de eventos históricos y simulación con realidad virtual del cruce por la frontera de México y Estados Unidos”, explica Emmanuel Lubezki.
Docuficción, sería el término que buscamos. La instalación ya pasó por el Festival de Cannes en mayo pasado y por otras ciudades en el planeta antes de hacer escala en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco donde está programada del 18 de septiembre hasta abril. Pero no, no será vista por mucha gente.

La parte buena es que la entrada no va precedida por una fila eterna y molesta ni acompañada por un bullicio distractor. De hecho, cada espectador vive la experiencia solo. Eso nos lleva a la parte complicada: la capacidad es de únicamente 40 personas diarias. La venta de los boletos es por semana, los lunes a las 9am, por internet en www.carneyarenatlatelolco.com o en las taquillas del Centro Cultural Universitario en CU, sin posibilidad de comprar para semanas posteriores y no venden más de 2 boletos por persona. Bueno, al menos eso anunciaron. Todo muy entendible y ordenado, dadas las características de la instalación artística.
Pero regresemos a lo importante. El propio Alejandro González Iñárritu, director de esta idea, cuenta:

“Invité a algunos de ellos a participar en el proyecto para que sus historias dejaran de ser solamente una estadística para el resto de nosotros pudieran, en su lugar, ser vistas, sentidas, escuchadas y experimentadas por otras personas. Sus historias de vida me impactaron. A pesar de su difícil pasado y situación actual, sus espíritus siguen llenos de esperanza, desafiando así el futuro incierto que les aguarda”.
“Tras adaptar los eventos vividos por uno o varios de los inmigrantes durante su travesía al cruzar la frontera y añadiendo detalles específicos descritos por ellos, escribí y monté una escena creando un espacio narrativo múltiple en el que integré sus experiencias en lo que podría llamarse una etnografía semi-ficcional”.
“Aquí no hay actores. Estas son historias reales, recreadas por los inmigrantes que las experimentaron. Incluso algunas de las ropas que visten son piezas que usaron cuando cruzaron la frontera”.

“Desde que este proyecto comenzó a gestarse y crecer en mi mente durante los pasados cuatro años, mi mayor interés era experimentar con la tecnología de realidad virtual para explorar la condición humana y, a la vez, encontrar una manera personal de representarla”.
“Tomé algunos riesgos creativos, recorrí caminos nunca visitados, y aprendí muchas lecciones. Si bien ambos son audiovisuales, la realidad virtual es todo lo que el cine no es, y viceversa; el marco desaparece y los límites bidimensionales se disuelven... Durante esta experiencia realísticamente irreal, nuestro cerebro, así como la mayoría de nuestros sentidos fueron puestos a prueba”.
“La experiencia de Carne y Arena jamás será la misma para ningún visitante. Hemos creado un espacio alternativo veraz en donde tú caminarás al lado de los migrantes (y en su subconsciente) con infinitas posibilidades y perspectivas en un paisaje vasto, pero lo harás bajo tus propios términos”.

“En colaboración con Emmanuel Lubezki y ILMxLAB, llevando la tecnología a un muy alto nivel, documentamos digitalmente sus indocumentadas historias, mientras ellos creaban sus propios avatares foto-realísticos”.
“La experiencia fue catártica y emotiva. Luego de muchos años, sus memorias tienen, finalmente, una cara pública”.
Buena experiencia. La realidad virtual no es cine ni arte visual pero en manos de un artista y con buena técnica, el contenido hace el resto.
ACTUALIZACIÓN: Debido al sismo que afectó a la Ciudad de México el 19 de septiembre, la apertura al público de esta instalación se pospuso para el 9 de octubre.