- Samuel Prieto Rodríguez
Las finanzas de la televisión abierta

En términos financieros, Televisa acaba de concluir su peor mes en 15 años. En términos mediáticos, le ha ido mal y de malas. Entre el 1 y el 30 de noviembre, su certificado de participación ordinaria (CPO) perdió 15.4 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores.

Durante el último año tuvo fluctuaciones más buenas que malas pero a partir del 26 de octubre inició una caída en picada que se prolongó durante todo el mes siguiente, hasta el día 28, para recuperarse un poco los últimos dos días de noviembre. Incluyendo eso, a lo largo de su año más reciente el CPO perdió 16.68 por ciento.

El inicio de la hecatombe coincidió con la publicación de un reporte trimestral decepcionante y el anuncio de que Emilio Azcárraga dejaría la dirección general.

Pero hubo bastante más. Televisa también se vio envuelta en señalamientos de corrupción con la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), primero mediante una investigación de The New York Times sobre una subsidiaria en Suiza que habría pagado 190 millones de dólares en sobornos para afianzarse los derechos de transmisión de los mundiales de 2018 y 2022 más otra millonada por los de 2026 y 2030.
Después, el testimonio de Alejandro Burzaco ante una corte federal en Nueva York por el FIFA Gate reveló otros presuntos sobornos por 15 millones de dólares en Argentina para el entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, para asegurarse los derechos de competencias como la Copa América. Hay que decir que todo eso está en el nivel de investigación y no ha sido juzgado ni sentenciado.

Pero como si eso no hubiera sido suficiente, otro escándalo se desató el 19 de noviembre con el homicidio del director de Izzi, Adolfo Lagos Espinosa, luego de un supuesto intento fallido de robarle la bicicleta. Días después se reveló que la bala que lo mató salió del arma de uno de sus guardaespaldas en el esfuerzo por protegerlo. Claro, no faltaron las especulaciones de que el móvil de esa muerte habría estado relacionado en realidad con el FIFA Gate.
Ahora los esfuerzos de Televisa están enfocándose en sacudirse todas esas crisis y poner el foco en la producción de contenidos, como lo hizo TV Azteca en su momento y le ha resultado una estrategia exitosa.
Por cierto, ya que hablamos de esa televisora, su año reciente se ve diametralmente distinto al de su poderosa competidora con una ganancia de 14.48 por ciento.

Lo reciente en el Ajusco es la llegada de Alberto Ciurana como el capitán de televisión y contenidos con su equipo inmediato: Sandra Smester, nueva vicepresidenta de Azteca Uno (antes Azteca Trece), puesto que ocupaba en Univision. También Adrián Ortega Echegollén, vicepresidente de Azteca 7 y cable, a quien se trajeron de Televisa donde desarrolló mucha experiencia en programación y promoción de contenidos multiplataforma y transmedia.

TV Azteca tiene ahora también a Dopamine, su empresa hermana dedicada a las grandes producciones premium internacionales.
En contraposición, se deshizo de Azteca América, su cadena de televisión abierta en Estados Unidos. Se la vendió a HC2 Network, filial de HC2 Holdings, empresa que mantendrá algunos derechos sobre parte de su inventario de programación, mercadotecnia, ventas de publicidad, activos, resultados y operaciones. Firmaron un acuerdo de programación y servicios por siete años que permitirá a HC2 Network tener acceso, bajo ciertas reglas, al inventario y contenido de TV Azteca, incluidos programas de entretenimiento, reality shows, noticias, series y telenovelas.
No es un asunto de crisis, sino parte de la estrategia. La televisora mexicana ha estado realizando coproducciones que después van a dar a las plataformas de streaming más importantes como Amazon Prime Video o Netflix, o a las mayores cadenas de TV hispana como Univision y Telemundo, por lo que mantener la propiedad de Azteca América terminaba no siendo tan necesario.

Comparada con las televisoras hispanas más importantes de Estados Unidos, la participación y cobertura de Azteca América no es tan grande. Está en 10 mercados de los más relevantes en ese país y se espera que su nuevo propietario expanda la red a varios más, a donde también estarían llegando eventualmente los contenidos producidos por TV Azteca con el acuerdo.
Claro, también de este lado hay señalamientos y especulaciones. La transacción, de la que no se dio a conocer el monto, se da justo cuando estaría por iniciar un juicio en una corte de Texas en que la cantante Gloria Trevi estaría exigiendo a TV Azteca y a la conductora Patricia Chapoy una indemnización de 180 millones de dólares tras un fallo de la Corte Suprema que autoriza el inicio de ese procedimiento.
El juicio es una demanda de daño moral por una presunta campaña de difamación orquestada por Patricia Chapoy durante varios años contra la cantante en el programa Ventaneando que se ve en Estados Unidos por la señal de Azteca América.
Siguen los movimientos, escándalos, reacomodos y rediseños de estrategia en las cadenas nacionales de televisión abierta comercial más importantes de México. Una vorágine que no se detiene.