- Samuel Prieto Rodríguez
Ricardo Alemán y el periodismo sicario

El tweet se leyó fuerte, claro, ofensivo, indignante, como un mensaje de odio, solidario con la idea de un homicidio político. El hashtag #NoAlPeriodismoSicario se volvió trending topic de inmediato.
Incluso desde dentro del gremio periodístico, Ricardo Alemán y su tweet recibieron una condena generalizada. El columnista Alberto Barranco Chavarría expresó en esa red social: “Ni López Obrador ni Morena; vamos, ni siquiera el reclamo generalizado en redes sociales: se mató solo. La autopsia habla de ahogado en su propio veneno”.
Luis Alberto Medina hizo su reflexión: “El despido de #RicardoAlemán nos obliga a entender: 1- Los periodistas no somos intocables. 2- Las fobias partidistas no se pueden llevar al extremo de odio, venganza y apología de delitos. 3- Las redes sociales son el foro público que marca la agenda. 4- #NoAlPeriodismoSicario”.
Otros periodistas y personajes elevaron también sus señalamientos severos.

Al poco rato de que la bola de nieve comenzó a creer y a tomar velocidad, Alemán publicó un video con sus disculpas; hablando disperso, nervioso y refiriéndose a sí mismo como “nosotros”; justificando que su intención había sido advertir sobre alguna intención contra López Obrador y asumiéndose víctima de una conspiración de militantes de Morena.
“Hace un par de horas movimos un Tweet en donde se amenazaba veladamente a un candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. Nosotros dimos retweet y le pusimos dos palabras, dijimos ‘les hablan’. Lo que quisimos hacer fue simplemente advertir de ese riesgo, precisamente. Probablemente no lo dimos, no lo hicimos correctamente. Si alguien se siente molesto, si alguien supone que estamos haciendo algo indebido les ofrezco una disculpa, no fue nuestra intención molestar a nadie y por supuesto no estamos locos para entrar a esos juegos pero sí advertimos que manos interesadas, militantes de Morena, están queriendo involucrarnos en situaciones que están, por supuesto, muy lejos de lo que nosotros hacemos. Nos interesa, por supuesto, manifestarnos a favor de la tranquilidad, la legalidad de este proceso electoral. No nos interesa ningún tipo de amenazas, no fue nuestra intención, reitero, pudimos habernos equivocado, ofrezco una disculpa, no fue esa nuestra intención, lo que quisimos fue advertir de esta situación. Si se tomó a mal, lo lamento y también lo dejo muy claro: hay manos interesadas en que esto se distorsione y lo han distorsionado. Es todo, les mando un saludo”.
En la plataforma Change.org aparecieron peticiones de firmas para presionar a Televisa (Foro TV), Canal Once, Imagen Radio y Milenio para que despidan a Ricardo Alemán.
Televisa y Canal Once lo hicieron fulminantemente.

Su columna sí aparece en Milenio con el título Dos palabras, un linchamiento en que insiste en su versión.
Otro de los editorialistas de ese diario, Juan Pablo Becerra-Acosta, se da espacio para escribir sobre Lo de debe hacer y nunca debe hacer un periodista. “No debemos incitar a la violencia ni hacer apología del delito”, afirma.
El aspirante a fiscal anticorrupción, Ricardo Peralta, anunció una denuncia penal.

El extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales también expuso su punto de vista en Twitter: “En buen español, lo que escribió @RicardoAlemanMx se llama apología del delito. Invito al encargado de despacho de la @PGR_mx que por una vez haga cumplir la ley e inicie la carpeta de investigación correspondiente”, y agregó en otro mensaje: “Deben investigarse los pagos que recibió del gobierno federal este sexenio. Se toman decisiones y se deben asumir las consecuencias. Se llama rendición de cuentas”.
Se supone que los comunicadores lo tengamos muy claro: no sólo es lo que se dice sino quién y cómo lo dice. Aun concediendo como válida la explicación de un error de interpretación, es una licencia que un líder de opinión no puede darse.