- Samuel Prieto Rodríguez
Armas, racismos, odios... This is America
Xenofobias, racismos, odios, locos maniáticos que vacían armas masacrando a plena luz del día. La música es un vehículo por excelencia de la crítica social, la protesta y la denuncia. En el top 100 del Billboard, This is América es el exponente más actual. La letra tiene lo suyo, pero lo que atrapa el foco de la fascinación o la desaprobación es el video.
Es “una confluencia realmente loca de cambios de tono, esa es la premisa de todo el video y la canción”, explica el director del videoclip, el japonés radicado en Los Angeles, Hiro Murai. La violencia “desgarradora” pero “caricaturesca” es parte del concepto. “Hay lógica de Looney Tunes en alguna parte. Obviamente, estamos lidiando con imágenes muy provocativas así que es una caminata total por la cuerda floja”.

Para los estadounidenses el tema es doloroso, polémico y divisorio. Si la llegada de esta rola a la cima de las listas de popularidad hubiera sido una bomba por sí sola, tuvo como marco involuntario una de esas declaraciones tan escandalosas como superficiales y estúpidas de una figura superficial y estúpida: el rapero Kanye West, esposo de Kim Kardashian, quien aun siendo afroamericano dijo sin empacho alguno al portal TMZ: “Uno escucha decir que la esclavitud duró 400 años. ¿400 años? Parece una elección”.
Claro, la condena y la burla generalizada de afroamericanos, latinos y hasta sajones llegó como avalancha. La presión fue tanta que West tuvo que desdecirse vía Twitter: “La razón por la que mencioné el punto de 400 años es porque no podemos ser encarcelados mentalmente por otros 400 años. Necesitamos pensamiento libre ahora. Incluso la declaración fue un ejemplo de pensamiento libre. Fue solo una idea”.

Los primeros segundos del videoclip hacen esperar algo muy alegre y tranquilo con un coro gospel de fondo mientras llega un guitarrista y se sienta. Tras él, aparece Donald Glover, o Childish Gambino para los cuates, quien se acerca bailando desenfadado y gracioso hasta que lo encuentra de espaldas, ya con la cabeza cubierta, y sin más ni más, se la vuela de un disparo.
Al siguiente instante, el ritmo cambia a trap y pronuncia la primera frase de la rola: This is America. Por si eso no es suficientemente crudo y retacado de sarcasmo, Gambino deposita en ese mismo momento el arma en un paño rojo que alguien sostiene cuidadosamente para protegerla mientras que el cadáver simplemente se queda tirado en el piso sin mayor atención.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle, la guardiana más celosa de la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos que protege el derecho de todo ciudadano de allá a poseer y portar armas, armó tanto ruido con su desacuerdo a esa crítica tan ácida que su protesta le valió una buena parte de los muchos millones de vistas que ya tiene esta obra audiovisual.
En otra muerte representada en el video, el cantante ametralla a un grupo de jóvenes caracterizados como un coro religioso en alusión a la masacre de la iglesia de Charleston del 17 de junio de 2015, que es una de las varias tragedias del historial reciente estadounidense en que algún loco armado simplemente rocía la carga de un arma contra una multitud.

Esa iglesia es, por cierto, uno de los templos más antiguos de Estados Unidos y parte importante de la historia de la lucha por los derechos civiles. El tema también pasa por las pinceladas del video. En una contradicción claramente planeada, Childish Gambino, quien es negro, aparece vestido con un pantalón al estilo del Ejército Confederado, el de los estados sureños en la guerra civil de 1861 a 1865 que entre otras cosas se negaba a la abolición de la esclavitud.
Para entender completamente el videoclip es necesario verlo varias veces porque no hay nada suelto o hecho sólo por encuadre y estética, sino que significa algo: los planos secuencia, el vestuario, las caracterizaciones, los bailes, las escenas de fondo, en fin, cada elemento está ahí por una razón.
Pasa por simbolismos como la indolencia social representada por los bailes en medio de escenas caóticas y violentas e imágenes de jóvenes utilizándolas sólo como objetos fotográficos para sus smartphones.

Queda claro que la descomposición social es un fenómeno global. En el caso estadounidense, detractores y seguidores lo confirman con sus reacciones: This is America.