- Samuel Prieto Rodríguez
La crisis de Radio Centro y su estación fallida en Los Angeles

Ya se veía venir. La venta de la KXOS-FM de Los Angeles, California, era prácticamente ineludible porque sus finanzas son una de las circunstancias más apremiantes que han estado arrastrando al Grupo Radio Centro hacia números cada vez más rojos.
Los episodios amargos recientes de la poderosa corporación radiodifusora se han multiplicado. Estos son algunos de los más sonados:
- En abril de 2015 perdió la garantía de seriedad de 415 millones de pesos ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones por no pagar la contraprestación de 3 mil 58 millones que había ofrecido por la concesión de una cadena nacional de televisión abierta que, por lo tanto, no obtuvo.
- En mayo de 2017 sacó del aire tres de sus frecuencias de amplitud modulada en el Valle de México: 790 khz, 1030 khz y 1150 khz.
- En enero de 2019, la frecuencia 1110 khz sufrió la misma suerte bajo el mismo argumento: una situación temporal por la reubicación geográfica de sus transmisores. Ese día, además, Grupo Radio Centro hizo también un recorte masivo de personal que incluyó a muchas de sus figuras y voces emblemáticas, en condiciones irregulares.

- En temas de historia y tradición, la XEH-AM de Monterrey en los 1420 KHz va a desaparecer pronto cuando lo que debería estar haciendo es preparar un gran festejo por el centenario al que lamentablemente no llegará, dado que se trata de la primera estación que hubo en el país, fundada por el ingeniero Constantino de Tárnava en 1921, dando origen así a la industria de la radiodifusión en México. Grupo Radio Centro, su ultimo concesionario, no renovó el título ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones y tiene sus finanzas hechas un desastre.
- El 3 de mayo, la calificadora Standard & Poor’s puso en revisión especial negativa los títulos accionarios de la empresa radiofónica, por cierto, la única mexicana de ese tipo que cotiza en el mercado de valores..

El 15 de junio, Grupo Radio Centro vivirá el segundo relevo generacional de su historia cuando Juan Aguirre Abdo asuma la dirección general que su padre, Francisco Aguirre Gómez, encabezó desde 2013 luego de que sus hermanos Carlos y Adrián también la desempeñaran en otros periodos, quienes a su vez recibieron en su momento la administración de la compañía fundada por sus padres, Francisco Aguirre Jiménez y María Esther Gómez de Aguirre.
A Juan le tocará lidiar con bastantes problemas para mantener viable la empresa que está deshaciéndose de activos no estratégicos para hacerse de una necesaria y urgente liquidez, lo que nos lleva de regreso a la venta de la 93.9 FM de Los Angeles, California.

Desde su adquisición en 2009, esa frecuencia representó más un dolor de cabeza que una posibilidad de expansión aunque eso tuvo mucho que ver con la forma como se manejó. Hace apenas un año se deshizo de una disputa que de llegar a los tribunales estadounidenses, lo habría hecho en forma de una demanda multimillonaria.
No se hicieron públicos los términos de la negociación con la empresa competidora Spanish Broadcasting System (SBS) que tenía todo listo para iniciar un juicio contra Radio Centro porque se llevó a 11 de sus empleados clave a la mala, incluyendo al muy popular locutor Martín Romero Hernández ‘El Ratón’ y al ejecutivo Bill Shardof. De cualquier manera, zafarse del conflicto por interferencia ilícita y competencia desleal debió costar una buena cantidad y en dólares.
El problema se agravó porque ni El Show del Ratón en el horario radiofónico estelar, el matutino, ha dado para sacar adelante los números de audiencia ni de ventas.
La influencer Holly Grace Marie Tuggy, conocida en las redes como Superholly, fue locutora de la 93.9 por cuatro años y en uno de sus storytimes en YouTube de hace algún tiempo, platicó largo sobre su experiencia laboral en esa frecuencia y la manera como era manejada, justo cuando la adquirió el Grupo Radio Centro.
Al tiempo y la distancia, suena como una aventura de risa loca pero es muy sintomática del estilo de toma de decisiones que la llevó a una crisis tremenda.
(16:35) "Así que me contratan para ser la locutora del mediodía en esta nueva estación llamada Éxitos 93.9. Ahora, los dueños de la estación eran unos hermanos, muchos hermanos, yo no sé cuántos hay pero son los hermanos que son dueños de un montón de estaciones de radio en México, Radio Centro, y esta era su primera propuesta en Estados Unidos. Éramos como un experimento para ellos y no, no, no, no, fue súper raro al principio, les juro, o sea estoy ahí al aire, emocionada para empezar a platicar y no sé qué, y me dicen: ‘no, no, no, no puedes decir nada, sólo puedes entrar al aire a dar la hora y la temperatura’. Y yo, ‘ok’. Y así estuvimos por un mes entero.
Ahora, en Superestrella estuve aproximadamente cuatro años y en Éxitos también. Cuatro años en una radio, cuatro años en otra. Me encantó mi turno, cada vez iban cambiando el formato porque así son las cosas. Empezamos con lo mejor de los 80s, 90s y actual, después pasaron a bachata y reggaetón porque entró un consultante que estaba diciendo que esto era lo de hoy, y bueno, todo el mundo haciéndole caso. Obviamente nosotros teníamos nuestro punto de vista pero a nadie le importaba. Para no hacerles el cuento largo y para terminar de explicar lo que fue mi trayectoria en radio, después de cuatro años a todos nos corrieron el mismo día. Yo creo que ni las gracias nos dieron, fue como ‘bueno, hemos cambiado de opinión, hemos cambiado de formato, sale, bye’.
Ahora, lo que más me frustró de estas personas (...) fue el hecho de que decidieron remplazar nuestro morning show con un señor que es locutor en la Ciudad de México, yo creo que hasta la fecha, se llama Antonio Esquinca, y ellos tenían la gran idea de ponerlo a él al aire en Los Angeles. Ahora, Los Angeles es un mercado enorme y tiene una población hispana enorme y merecen tener su propio morning show local, que no esté pregrabado ni retransmitido ni nada por el estilo.
Pues imagínense cómo me sentí yo después de que me habían corrido sin explicación, íbamos bastante bien en números, simplemente fue un juego para ellos. ‘Ah, mira’, llega el otro hermano y dice ‘pues yo voy a poner una estación que tenga el doble de rating’ y el otro hermano dice ‘bueno, está bien pero te quito todas las piezas y empiezas desde cero’. Nosotros éramos esas piezas en su juego de ajedrez.
Entonces, a la semana recibo una llamada y estos locos, encima de que me están llamando a mí, me dicen: ‘sí, con la señorita Holly’. Y yo: ‘soy yo’. ‘Ah, el señor Francisco Aguirre quiere hablar con usted, espere un momento por favor’. ¡Y me ponen en espera a mí cuando a mí me acaban de llamar! Es como ‘ok’. Ahí les va la super propuesta ¿eh? Me pedían que yo regresara a trabajar con ellos porque se dieron cuenta que hicieron enojar a todos los radioescuchas más fieles de la estación".

"Querían que yo regresara a trabajar en las mañanas, que desde el principio les había dicho que odiaba las mañanas, querían que yo ayudara a que sonara a que Toño Esquinca estaba local, o sea, me decían ‘bueno, tenemos esta idea de que tú vas a estar en cabina, todo va a llegar pregrabado por parte de Toño, él va a hacer estas intervenciones, las va a mandar vía ISDN y te van a llegar, y él te va a dar como un hincapié para que tú le sigas y va a parecer que están cotorreando en vivo ¿qué te parece? O sea, él va a decir algo así como —sí, estas son las noticias de la mañana, por cierto, qué bonita te ves Holly con esa falda ¡jajajaja!— y ahí tú vas a entrar —Ay, Toño, ¡jajajaja!— y vas a seguir con lo tuyo’. Y yo, ‘o sea ¿ustedes creen que los radioescuchas son tontos o qué? ¿Van a escuchar que él dice algo, yo reacciono a lo que dice, y no se van a dar cuenta de que él nunca responde a algo que yo diga?’ ¡Háganme el favor! Y no termina ahí, encima de todo esto me ponen presión, me dicen que quieren que conozca a Toño para ver si hay química, que yo me debo de sentir afortunada porque me están considerando y no sé qué, y yo pensando ‘nos acaban de correr a todos sin motivo hace una semana, o sea ¿cómo?’
No sólo querían que yo hiciera trucos y malabares para que este programa sonara local, me ofrecen la mitad del sueldo que yo estaba ganando. Es que no lo puedo creer, en serio, no lo puedo creer. En ese momento yo les dije que tenía que irme, de hecho estaba con mi nuevo novio en ese tiempo, estábamos en Santa Mónica, lo recuerdo perfectamente, les dije ‘me tengo que ir, hablamos después’ y jamás en la vida les volví a responder un e-mail, porque encima de todo cuando ellos me querían llamar me escribían e-mails ‘¿estás disponible para una llamada?’ O sea, quién está revisando su e-mail tan frecuentemente. En fin, en fin, esa fue mi última experiencia con la radio.
Como ya se imaginarán, después de eso no me quedaron así como que muchísimas ganas de ir a buscar otro trabajo en radio. Ahora, yo sé que hay otras compañías que son mucho más constantes, que le son mucho más fieles a su talento al aire, hay casos en Los Angeles de morning shows que llevan más de 15 años al aire con los mismos, o sea, esa constancia yo la admiro de verdad".
Experiencia anecdótica de viva voz. De risa loca, ¿no?