- Samuel Prieto Rodríguez
Notimex, think. Thanks

Todos los días hay fiascos lamentables por la ortografía, gramática, sintaxis, semántica y especialmente traducción en los medios informativos, pero uno tan insuperable, nivel súper sayayín, no había sucedido desde el “juay de rito” de Joaquín López-Dóriga la noche del 14 de febrero de 2011, cuando entrevistaba en vivo, en pleno noticiero estelar de Televisa, al actor Anthony Hopkins a propósito del estreno de la película The Rite. En esa ocasión, todo falló: la traducción simultánea, el audífono y la producción. Si todo eso era poco, quedó en evidencia que el periodista entonces más influyente del país no habla inglés.
Punto y aparte. Ocho años después, el 4 de junio de 2019, el turno del absurdo fue para la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, que hizo toda una nota informativa a partir de un tweet en que el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, había cometido un error de dedo que desató el ridículo como bola de nieve.
Ebrard corrigió su error luego del troleo, pero ya había servido como el arranque de un ridículo mucho más grande, originado en la redacción de Notimex, que además se viralizó de inmediato.

El periodista que escribió la nota hizo gala de ignorancia o por lo menos de carencia de la cultura general mínima que exige el oficio para darse cuenta de que el canciller había cometido un error ortográfico. En efecto, think thanks se traduce como piensa, gracias, pero se refería en realidad a think tanks.
Queda claro, el término correcto, think tank, se traduce literalmente como tanque de pensamiento y se refiere a esos laboratorios de ideas, centros de investigación o despachos que agrupan a expertos para analizar e investigar sobre temas especializados como la política, la economía, la seguridad, la cultura o la tecnología, por ejemplo, generalmente vinculados con la asesoría para funcionarios o ejecutivos, partidos políticos, corporaciones o universidades.
El redactor de Notimex no sólo no detectó el sentido del tweet del secretario de Relaciones Exteriores, sino hasta se aventuró a interpretar lo que entendió erróneamente. “En su cuenta de Twitter @m_ebrard, el canciller mexicano precisó con palabras en inglés ‘Think thanks’ (piensa, gracias), refiriéndose a que las autoridades estadounidenses piensen bien lo que más convenga para ambos países”.
Claro, tras la avalancha de burlas, la agencia noticiosa terminó bajando la nota de sus plataformas digitales.

Pero el daño ya estaba hecho en varios sentidos. No sólo hay redactores que escriben sin entender lo que informan, sino también los que practican el muy socorrido y máximo exponente de la cultura del menor esfuerzo: el copy-paste, así que hubo publicaciones que reprodujeron la nota de Notimex sin cambio alguno, como el portal 20 minutos.
Toda esta cadena de errores es un síntoma muy claro de lo mal en cuanto a rigor y calidad que anda el periodismo actualmente en términos generales, parte de lo que explica la crisis por la que atraviesa.
Tema que reclama una reflexión profunda, claro, no sin antes pasar por la muy justificada y ácida burla. El rey anterior cedió la corona al nuevo monarca del mundo de lo que no debe hacerse.