- Samuel Prieto Rodríguez
Cuando los periodistas son noticia

Cuando un periodista es noticia, es un síntoma de nada bueno. Cuando varios lo son, lo que está mal debe alarmar a toda la sociedad. Para empezar, no olvidemos que en los primeros nueve meses del sexenio actual han sido asesinados al menos 11 comunicadores y suman 131 desde el año 2000, de acuerdo con el conteo de la organización Artículo 19. El más reciente, Nevith Condés Jaramillo, de El Observatorio del Sur, el sábado 24 de agosto en Tejupilco, Estado de México.


El Índice Mundial de Libertad de Prensa 2019 de Reporteros sin Fronteras ubica a México en el lugar 144 de 179. Más aun, es por mucho el país donde más periodistas son privados de la vida. En este año que aun no termina van 10 mientras que en Afganistán y Somalia 3; en Pakistán 2 y en Chad, Colombia, Filipinas, Ghana, Honduras, Libia, Nigeria, Reino Unido, Siria y Ucrania 1.
El crimen organizado y el poder político no son los únicos grandes peligros para el oficio de informar. Nada más en los días recientes, un conductor de noticias fue noqueado en vivo, en televisión nacional, por un vándalo durante una protesta feminista. Una reportera denunció un intento de violación y en vez de auxilio, lo que recibió de la policía fue una golpiza. Uno de los periodistas principales de la televisora más importante del país fue despedido con un tufo a revancha o venganza palaciega.
De película ¿no? ¿Escribimos el guion de este thriller?
Mitzi Torres. Reportera. Morelia, Michoacán. 20 de agosto. Escapó de un intento de violación:
“Fui víctima de un intento de violación y al solicitar apoyo de la policía municipal, estos arribaron al lugar y sin embargo más que apoyarme, me detuvieron revictimizándome, me subieron a una patrulla la cual, al momento de indicarles que yo era periodista, se inició en mi contra un maltrato físico y pues psicológico, cuestionando mi vestimenta, diciéndome que me creía muy influyente pero que eso ahí no me iba a servir y pues propinándome los dos golpes en la cara, los que tengo. Fue un proceso en el cual me llevaron a los separos y también durante las horas que pasé en este lugar fui víctima de muchas burlas por mi vestimenta, por mi profesión, por mi forma de ser en mi persona, se me trató con mucha saña, con mucha burla. No tuve derecho a una audiencia inmediata, el médico incluso no quiso legitimar que yo tenía golpes visibles, se me trató de loca y al final cuando la juez escucha mi parte pues a pesar de todos los rastros visibles que había ya en mi cara, la juez indica que yo no tengo ningún golpe porque el médico ahí presente también negó que yo tuviera algún golpe. Lo asientan en el acta de la audiencia y me dejan, me hacen el favor de dejarme salir antes de las 24 horas de arresto que yo debería de cumplir, poniéndome también sanciones comunitarias. Al final yo quiero resaltar esto en mi calidad de mujer y como periodista porque fui agredida de una forma como mujer pero también fui agredida por el hecho de dedicarme a ser reportera. La saña con la que se me trató por parte de las policías municipales, que eran dos mujeres, fue por el hecho de yo ser reportera y por el hecho de sentirme influyente de acuerdo a su opinión”.
La de Mitzi es una historia de maldad, indignación y mucho absurdo. Es víctima de intento de violación y aun así es la indiciada, no la víctima. La autoridad que debía estar para auxiliarla, la maltrató de todas las maneras hasta la saciedad. Entre quienes debían darle auxilio e hicieron todo lo contrario había dos mujeres policías y una jueza, tres mujeres. El riesgo doble de ser mujer y periodista.

Juan Manuel Jiménez. Conductor de noticias. Ciudad de México. 16 de agosto. Golpeado por un vándalo durante la cobertura en vivo de una protesta feminista.
El video no tardó en viralizarse. El sujeto vestido con mezclilla, camiseta blanca y gorra azul golpeó con tal fuerza, premeditación, alevosía y ventaja al reportero que lo dejó tirado y con el tabique nasal destrozado al punto de que requirió una cirugía complicada. Cuando el agresor intentó escapar, el camarógrafo Francisco Naranjo lo persiguió durante algunos metros, captó cómo un grupo de mujeres lo retuvo por un momento, lo golpeó y roció con aerosol gritándole “cobarde”.
El atacante, Luis “N” de 24 años, alias ‘El Chupas’, presuntamente miembro del grupo de choque Los Claudios, formado para reventar actos políticos, está vinculado a proceso en prisión preventiva.
“Con base en la investigación que lleva a cabo la PGJCDMX, cuenta con antecedentes de estar vinculado a la agresión que un grupo de personas llevó a cabo en contra de un acto de precampaña de la entonces candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, evento que se realizaría en Coyoacán, en la que varios asistentes resultaron con lesiones”, dijo la procuraduría en un comunicado.
En imágenes difundidas en redes sociales, Luis “N” también ha sido identificado como uno de los agresores de estudiantes de la UNAM durante las marchas de septiembre de 2018 en Ciudad Universitaria.

Carlos Loret de Mola. Conductor de noticias. Ciudad de México. 21 de agosto. Anunció que al día siguiente dejaría de trabajar en Televisa.
Tanto él como la televisora más importante del país y del mundo de habla hispana expresaron que la separación se dio en términos amistosos. Ninguno de ambos explicó las razones, sin embargo, la percepción generalizada es que se trató de una revancha política desde el poder.
Las razones: no sucedió durante alguno de los varios y amplios recortes de personal que ha hecho la empresa ni desapareció el espacio noticioso. En la plantilla de conductores, él había sido el crítico más frontal de Andrés Manuel López Obrador desde que fue opositor y en su administración como presidente de México.
Esa mañana, en su columna de El Universal, Loret de Mola había publicado: “No es mi fuerte la venganza, pero, como ya expresé en estas Historias de Reportero, hemos visto en las conferencias mañaneras el abierto uso del poderoso aparato del Estado para la intimidación de los que sencillamente se atreven a contradecir al presidente (y eso que no son sus enemigos históricos, ni se empeñaron en impedir su victoria electoral). Ojalá no tome forma esa idea de que oponerse o discrepar del Presidente es algo indebido, ilegal, castigable, perseguible judicialmente. ¿Ese es el régimen que quiere construir?”
Las confrontaciones entre Loret de Mola y López Obrador datan desde la elección presidencial de 2006 y tuvieron sus puntos climáticos en episodios como una entrevista en vivo, en 2008, cuando el comunicador lo confrontó haciéndole notar las contradicciones evidentes entre su libro más reciente de entonces y su discurso político sobre la participación de capital privado en la industria energética. Necedad tras necedad, direte tras direte, encontronazo sonado.
Pocos días antes de que iniciara el sexenio y su 4T, el 15 de octubre de 2018, un colaborador de Loret de Mola en radio, Christian Ahumada en su caracterización de El Duende Preguntón, dio como trascendido que César Yáñez habría renunciado a trabajar en el equipo de López Obrador a propósito de su boda escandalosa por suntuosa que no sintonizaba en nada con el discurso de la austeridad.
A eso, AMLO reaccionó: “¿Le creen ustedes a Loret? (...) Es una volada, o sea hay periodistas, con todo respeto, que mienten como respiran”.
Sólo 11 días después, el todavía presidente electo volvió a arremeter fuerte contra el comunicador por comentarios que hizo sobre las consecuencias de la incertidumbre por la consulta para la cancelación del aeropuerto de Texcoco en el tipo de cambio.
Lo que hace todavía más ruido es que el vocero oficial, Jesús Ramírez, se apresuró a negar que el gobierno haya tenido algo que ver.
Tiempos difíciles para el periodismo, la libertad de expresión y el derecho a la información. No, no es un síntoma nada bueno.