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  • Samuel Prieto Rodríguez

Educación por televisión



El esfuerzo conjunto es mucho más grande de lo que puede parecer a vista simple. De hecho, es gigantesco. Desmenucémoslo a partir del anuncio: La pandemia continúa manteniendo cerradas las escuelas así que el arranque del muy próximo ciclo escolar será mediante clases por televisión. El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, describió la cobertura:

“El presidente López Obrador encabeza la firma de un acuerdo de concertación con cuatro televisoras nacionales, Televisa, TV Azteca, Imagen y Multimedios, para regresar a clases con un esquema robusto, oficial, válido, que dará servicio a 30 millones de estudiantes de 16 grados escolares. En seis canales de televisión lograremos una amplia cobertura nacional 24 horas al día durante siete días de la semana. Quienes no tengan acceso a la señal televisiva, tendrán un esquema de radio, libros de texto gratuito, cuadernillos de trabajo y atención especial. (...) Volveremos a utilizar la radio para la transmisión de los contenidos educativos en comunidades indígenas. Para ello contamos con el concurso del Canal Once, de Ingenio TV, del Sistema Público de Radiodifusión y de la red de 36 radiodifusoras y televisoras educativas y culturales de México”.


¿Por qué televisión? Porque es el medio de mayor cobertura en el país, indiscutiblemente. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares más reciente, publicada en febrero, “el 96.0 por ciento de los hogares del país reciben la señal de televisión digital a partir de televisor digital, señal de televisión de paga o decodificador”, en cambio, “se estima en 20.1 millones el número de hogares que disponen de Internet (56.4 por ciento), ya sea mediante una conexión fija o móvil”.

Hacer televisión implica dos grandes cuestiones, ambas muy distintas y complejas: producir los contenidos y transmitirlos.

“El esfuerzo es enorme, del tamaño de nuestras alianzas. Se producirán y transmitirán más de cuatro mil 550 programas de televisión y 640 de radio en 20 lenguas indígenas, acordes con los planes y programas de estudio, de educación inicial, preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Todas las transmisiones contarán con lenguaje de señas mexicano y los libros de texto gratuito se imprimirán en braille y en macrotipo. De 8:00 de la mañana a 7:00 de la noche los estudiantes podrán seguir sus clases a distancia en su televisor. El 24 de agosto es el inicio formal de ciclo 20-21. No son transmisiones de entretenimiento, tendrán validez oficial, las clases tendrán valor curricular y los estudiantes serán evaluados sobre sus contenidos en su momento. Los canales de televisión serán nuevos canales multiplexados”, explica el Secretario de Educación.


Producir todo eso requiere de un ejército entero de pedagogos, guionistas, productores, camarógrafos, talento a cuadro, técnicos al por mayor y todos los equipos que eso implica.

La transmisión es otra cosa. No es que Azteca Uno, Imagen Televisión, Las Estrellas o Multimedios vayan a sacar del aire su programación habitual para dar paso a la educación a distancia, pero eso no significa que el esfuerzo sea menor. Si bien ocupa las mismas antenas de transmisión, abrir un canal multiplexado implica instalar por lo menos un control maestro completo y toda la ingeniería necesaria para mantenerlo al aire en toda su área de cobertura.

Emilio Azcárraga lo hizo notar: “El acuerdo que hoy se está anunciando entre la televisión pública y la televisión privada para llevar la educación a más de 30 millones de niños y jóvenes, es único en el mundo. Significa que gracias, en muy poco tiempo miles de horas de contenido y sobre todo montar en tres semanas toda la infraestructura que se requiere es muy importante. También es un ejemplo que trabajando industria privada y gobierno se pueden lograr muchísimos retos y alcanzar las metas. De hoy al 24 de agosto los técnicos de la televisión mexicana harán un gran esfuerzo para que cientos de canales estén disponibles al inicio del ciclo escolar”.


Todo eso tiene costos financieros bastante altos, además en un contexto en que hablar de complicado es quedarse corto. La televisión abierta lleva al menos un lustro hundida en una crisis severa producto de la baja de audiencia que ha ocasionado la llegada de nuevos medios digitales. Más aun, la pandemia le ha pegado igual de fuerte que a muchas otras industrias porque si bien el rating ha subido considerablemente por el encierro, los anunciantes han reducido drásticamente su inversión en publicidad.

Benjamín Salinas apunta: “A pesar de que TV Azteca está viviendo uno de sus años más difíciles en la historia también, decidimos sumarnos a este gran proyecto no con fines de lucro sino con un fin común, que es llevar la educación a los niños. A través de nuestro canal 7.3 vamos a llevar la educación pública a todo México y así poder dar inicio a este nuevo ciclo escolar. Con esta señal refrendamos nuestro compromiso por México”.


Nada en esta iniciativa implica ganancia alguna para las empresas de televisión. Lo que obtendrán del gobierno en recursos es lo muy mínimo necesario. El presidente Andrés Manuel López Obrador lo dejó en claro.

“Les adelanto que no son propósitos de lucro, algo que quiero agradecer a las televisoras, porque lo que se les va a pagar es para los gastos de operación que tienen que llevar a cabo porque hay que cambiar estos canales y tienen que tener personal, técnicos que ayuden con ese propósito. Pero adelanto también que se trata de la cuota mínima, no es tarifa política, no es tarifa gubernamental, no es tarifa comercial, es, vamos a decir, se va a bautizar así, tarifa social”.


Los acuerdos y negociaciones implican, además, no dejar a un lado ningún detalle. No es que las empresas de televisión puedan abrir canales así como así. El IFT publicó en el Diario Oficial de la Federación desde el 29 de abril un Acuerdo mediante el cual el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones, por causa de fuerza mayor, con motivo de las medidas de contingencia de la pandemia de Coronavirus COVID-19, determina el acceso a la multiprogramación de ciertos concesionarios de radiodifusión de manera temporal para un canal de programación cuyo contenido audiovisual incluya las sesiones escolares de la Secretaría de Educación Pública.


Lo cual, por cierto, significa que al terminar la contingencia y darse el regreso a las aulas escolares, los canales multiplexados que se utilicen en la educación a distancia no permanecerán en manos de las televisoras sino saldrán del aire, claro, a menos que realicen el trámite correspondiente ante el órgano regulador y les sea autorizado como en cualquier caso.

Otro acuerdo importante es que el INE aceptó que en esas sintonías no aplique la normatividad con respecto al uso de tiempos oficiales de radio y televisión para propósitos electorales. Así, los niños y jóvenes estudiantes no tendrán que ver interrumpidas las clases cada hora para recibir un bombardeo impertinente de propaganda política, más aún considerando que el proceso electoral federal está a pocas semanas de arrancar.


¿Funciona la educación por televisión? Por supuesto que sí. Por muchos años, en las décadas en que la televisión fue básicamente el único medio audiovisual masivo, se habló de sus efectos e influencia en la formación de los niños.

Es más, México es un precursor histórico en experiencias educativas por televisión. La más conocida y exitosa es la telesecundaria, creada en 1968 con el impulso de Álvaro Gálvez y Fuentes ‘El Bachiller’, quien entonces era titular de la Dirección General de Educación Audiovisual de la Secretaría de Educación Pública. El objetivo era llevar ese nivel de instrucción a las zonas rurales o de difícil acceso en el territorio nacional y el modelo tuvo éxito comprobado al punto de que todavía existe, además porque la formación de un alumno cuesta en dinero menos de la mitad que la de un estudiante escolarizado con todos sus profesores en el aula.


Un proyecto ambicioso y titánico como el actual para educar por televisión a estudiantes de 16 grados distintos no tiene precedentes más allá del programa Aprende en Casa con que los alumnos mexicanos de educación básica concluyeron el ciclo escolar 2019-2020, pero el panorama pinta muy prometedor de acuerdo con los datos que tiene el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma:

“Estamos hablando de un programa en donde un millón de maestros se capacitó, estamos hablando de un programa en donde 15 millones de niñas y niños lograron tener por primera vez una cuenta de correo electrónico, estamos hablando de un programa en donde el 80 por ciento de las maestras y los maestros de México no dejaron de estar en contacto con todas sus niñas, sus niños, sus alumnas y alumnos, y tenemos pues todo un estudio que habla de lo interesante, importante y los resultados que tuvo Aprende en Casa. De hecho le voy a pedir a Marcos (Bucio, subsecretario de Educación Básica) que nos trabaje precisamente una presentación sobre los datos duros de Aprende en Casa porque además de todo otros países nos pidieron toda la metodología para reproducir casi integralmente el programa. Esto es algo muy importante y esto se logró gracias a las maestras y los maestros”.


La Covid-19 llegó para quedarse un rato bastante largo. Mientras el semáforo no sea verde, los estudiantes no regresarán a los planteles. La televisión, entonces, entra al quite y al rescate.

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