top of page
  • Samuel Prieto Rodríguez

La lucha de las mujeres y las taras mediáticas y políticas



¿Qué tiene que pasar después de las marchas masivas de mujeres el 8 de marzo y la iniciativa Un Día sin Nosotras que tuvieron un impacto histórico en México? El movimiento debe politizarse en el sentido positivo y correcto del término. Redes feministas bien articuladas y coordinadas entre sí por todo el país. Tal vez una organización civil de carácter nacional, basada en la sororidad, con la mayor influencia política posible. No necesariamente un partido político pero sí una estructura plural, robusta y cohesionada que las unifique más allá de ideologías. El poder real de las mujeres tiene que notarse todo el tiempo, en todos los ámbitos.


La iniciativa del paro nacional de mujeres fue hecha por el colectivo veracruzano Brujas del Mar el 18 de febrero mediante sus redes sociales. La idea se viralizó de inmediato al punto de que tres días después muchas universidades, empresas, instituciones gubernamentales y medios de comunicación se unieron anunciando que no habría sanciones de ningún tipo para las mujeres que decidieran participar en esa forma de protesta.



¿Y sí? ¿Todos conscientes de lo que eso significa? El camino hasta llegar al 8M y al 9M dejó muchos episodios que pusieron al descubierto que en los medios, entre los informadores y formadores de opinión, hay quienes aún no entienden incluso que no entienden. Botones de muestra, sobran.


El 23 de febrero nos enteramos de una declaración por demás irresponsable y escandalosa hecha por la psicóloga Olga Alicia Gracia, quien había acudido como invitada el día 7 al programa Dos Pájaros de Cuenta en la XHRMO-FM 88.1 MHz en Hermosillo, Sonora, estación conocida como La Voz del Pitic.


En esa ocasión, la supuesta especialista dijo sin inhibición alguna: “Una violación es una fusión de amor porque los dos sistemas, aun así sea agresivamente, quieren juntarse y a través de la fusión explota ese amor y van a seguir juntos aunque la pareja o esas personas no se vuelvan a ver, pero esa criatura, nadie desbarata esa fusión”.


¿Qué hicieron los conductores Sonia Gálvez y René Lucero? Nada. La invitada, incluso, se dio espacio para agregar: “Se tenían que encontrar por destino y ese destino los llevó a tener esa criatura, que jamás se van a volver ese hombre y esa mujer, pero la criatura va a continuar en la vida, son destinos y era necesario que así sucediera”.



¿Qué hizo la estación de radio? Exactamente lo mismo, es decir nada, hasta que la viralización le explotó en las manos. Entonces emitió un comunicado en que en vez de responsabilizarse y disculparse, se deslindó.



El 26 de febrero, el absurdo pasó por Radio Fórmula, cadena cuya señal llega a todo el país y varios sitios más allá de las fronteras, por radio y/o televisión de paga. Joaquín López-Dóriga presentó su mesa de análisis de los miércoles con los participantes habituales: José Fonseca, René Casados y Roy Campos. El tema, feminismo en México. Cuatro hombres y ninguna mujer hablando de las mujeres y los grandes problemas que enfrentan, en uno de los noticieros más escuchados del horario vespertino.



Esos fueron solo algunos ejemplos de la torpeza mediática que sucede todavía más frecuentemente de lo que parece.


Dentro de los medios, las mujeres han ido ganando espacios en una lucha que ha sido prolongada y difícil. En el periodismo noticioso ya se notan avances importantes: El noticiero estelar del canal de televisión más importante es encabezado por una conductora y también el del canal informativo más visto de México, entre muchos otros. En las áreas de deportes el camino de ellas ha sido mucho más cuesta arriba, pasando por una época bastante larga en que su presencia en pantalla solo era equivalente a la de un objeto de ornato. Para que narraran un partido o estuvieran integradas de lleno en el análisis, el esfuerzo que hicieron fue mayúsculo y todavía falta mucho más.



TV Azteca es la única televisora, por lo menos en América Latina, que tiene una Unidad de Género dentro de su estructura. Existe formalmente desde el 12 de junio de 2019 y está liderada por Jaqueline L’Host Tapia, mujer ampliamente reconocida por su trabajo como promotora de los derechos humanos y la no discriminación.


Se trata de un esfuerzo claro y tangible por erradicar todo tipo de violencia y discriminación de género con una política de cero tolerancia. Por supuesto, su nacimiento no sucedió por una ocurrencia sino atendiendo una necesidad ineludible dado que ahí se dieron casos que incluso se hicieron públicos, como en otros medios. Tomar las medidas correctas, claras y contundentes para detener eso de tajo, es lo muy destacable.



El 9M se trataba de no estar. La idea era que se sintiera la ausencia de las mujeres en todos los ámbitos de la vida productiva para recordarnos que, en todos los sentidos, este país simplemente no es posible sin ellas. La periodista de TV Azteca, Vaitiare Mateos, decidió libremente que sí estaría frente a las cámaras. Su reflexión fue clara:


“Estoy aquí porque desde mi trinchera voy a pelear todos los días, no solamente el 8 y el 9 de marzo, porque ningún caso de violencia contra la mujer quede impune y voy a hacerlo con esta herramienta que tengo a la mano: es mi trabajo, es mi voz, y lo hago simplemente porque soy mujer y porque no me siento segura yendo a sacar dinero a un cajero automático, no me siento segura en la calle ni cuando voy sola al baño en un bar o en un restaurante. Tampoco me siento segura cuando un grupo de hombres se me queda viendo cuando voy pasando. Así voy a tratar de hacer conciencia sobre el cambio cultural que urge en nuestro país y en todo el mundo ¿eh? Porque la cultura machista lleva siglos promoviendo la violencia contra la mujer y se tiene que acabar. Hoy quise venir a trabajar porque quiero ser la mujer que hable del poder de las mujeres. Hoy tomé la difícil decisión de presentarme a trabajar porque no me quiero callar, no quiero desaparecer, vine a reclamar justicia...”



Lucy Bravo, en adn40, hizo lo propio:


“Hoy, por todas aquellas que no pudieron unirse por cualquier motivo a algún movimiento, estoy aquí parada por solidaridad y respeto. Por todas aquellas violencias cotidianas que siguen siendo invisibles. En México, tan solo el día de ayer miles salimos a las calles a pedir un alto a la violencia desmedida en un país donde cada día mueren 10 mujeres, 49 son violadas y 7 pequeñas no regresan a sus casas. México nunca volverá a ser el mismo después de este 8 y 9 de marzo...”



¿La masculinidad tóxica o machismo es propio del México anacrónico? Todavía más lamentablemente, no. Apenas el 31 de enero pasado las carteleras cinematográficas de este país vieron el estreno de Bombshell (El Escándalo), una película basada en la historia real de Roger Ailes, estadounidense conservador de mucho prestigio y poder por muchos años, creador del poderoso canal noticioso Fox News, quien cayó en desgracia justo desde la cima de su poder tras develarse que en lo oscuro era un acosador y un abusador sexual tan empedernido como asqueroso.


En 2016, la conductora Gretchen Carlson destapó la cloaca luego de que su contrato en Fox News no fue renovado y ella denunció legal y públicamente la actitud y la conducta retorcida de Ailes, quien se aprovechaba de su posición de poder. Casi de inmediato, al menos otras 20 empleadas de la cadena se animaron a denunciarlo también, evidenciando el infierno en que vivían.



El escándalo de Fox News develó también las prácticas de acoso y abuso sexual de otros personajes como el expresentador estelar, Bill O'Reilly, Sean Hannity y varios otros incluyendo a Bill Shane, uno de los copresidentes que el propietario, Rupert Murdoch, había puesto después para limpiar todo el cochinero.


No fue un hecho aislado. En Hollywood, el movimiento #MeToo destapó la gran cloaca en la industria cinematográfica. Las carreras de varias figuras señaladas por esas prácticas cayeron en el descrédito y el ostracismo: Kevyn Spacey, Danny Masterson, Brett Ratner y un etcétera bastante largo. El personaje más emblemático de esas aberraciones es Harvey Weinstein, quien tuvo un infarto este 12 de marzo, un día después de que fue sentenciado a 23 años de prisión, luego de que el 24 de febrero un jurado lo había declarado culpable de agresión sexual y violación, aunque no de depredación sexual.



Otros fenómenos como la viralización internacional del performance Un Violador en tu Camino, creado por el colectivo chileno Lastesis, hablan de la gravedad mundial de la misoginia y el machismo.


De regreso en México, la lucha de las mujeres sigue siendo muy cuesta arriba. Comenzando en la política y el poder, no tienen apoyos e impulsos reales sino todo lo contrario. Del discurso al hecho hay mucho trecho.


El recuento dice mucho. El propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asumió inicialmente la postura usual que utiliza cuando hay manifestaciones sociales que cuestionan el desempeño de su gobierno: calificarla de conservadora y de obedecer a intereses oscuros y ocultos. Incluso, había anunciado insensiblemente que el 9 de marzo, día del paro nacional de las mujeres, arrancaría la venta de billetes de la Lotería Nacional para la rifa a propósito del avión presidencial, una bandera política de su administración. Luego accedió a postergar un día la comercialización de esos boletos, pero empeorando la regazón: dijo que lo había dispuesto inicialmente para el 9 porque no tenía en mente la protesta.


Entre sus figuras cercanas, la torpeza no fue menor. La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, invitó a las mujeres a no participar en el paro para no quedarse en sus hogares “tentadas a lavar platos y arreglar ropa”.



Eso, por supuesto, desató señalamientos reprobatorios y críticas. Ante una de la escritora, periodista y activista, Lydia Cacho, la funcionara se hundió todavía más en las arenas movedizas: “aunque les duela, es el presidente más feminista de la historia contemporánea”.



La propia esposa del presidente de México, Beatriz Gutiérrez Muller, cambió de opinión de un momento a otro sobre la iniciativa Un Día sin Nosotras.



Mujeres desde el poder mostrando todo lo contrario a la sororidad. Tal vez, actitudes más lamentables que los usos y costumbres arraigadas del machismo de antaño que quien los ejerce todavía, ni siquiera lo nota. Como en 1940, cuando el Día Internacional de la Mujer se celebró con un acto oficial en Bellas Artes donde no hubo una oradora principal. Las palabras estuvieron a cargo del entonces secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, Vicente Lombardo Toledano, quien les dio un discurso de orientación. Así se las gastaban en aquellos años. La ocasión, además, estaba muy lejos de ser lo suficientemente importante como para merecer la aparición del presidente de la República o aunque sea de algún secretario de Estado.



Las marchas del 8 de marzo en todo el país y el paro nacional de las mujeres del día siguiente fueron todo un éxito. Su presencia se hizo sentir y su ausencia también de manera clara, contundente y esperamos que decisiva para desatar muchos cambios en las leyes, las regulaciones, la actitud, la cultura, la formación y la educación de todos los mexicanos. El paso inmediato debe ser que todo lo hecho en esos días no quede solo como un suceso histórico pero anecdótico y aislado.

bottom of page